Ya no es que fuera último miércoles de mes, sino que también
lo era de abril. Fecha señalada en el calendario ciclista complutense puesto
que se celebraba la efeméride del nacimiento de la Bici Crítica de Alcalá hacía
ya siete años.
Y es que casi cualquiera de los que aquel día estuvimos allí
presentes podía percibir perfectamente que no se trataba de miércoles
cualquiera. Sonrisas, miradas de complicidad, buenas sensaciones, cantos,
cálidos saludos, ganas de pedalear, y sobre todo, de celebrar.
En esta ocasión, el grupo contaba con alrededor de medio
centenar de ciclistas dispuestos a recorrer las calles complutenses a lomos de
sus bicicletas. Padres, madres, niñ@s, jóvenes, adolescentes, y gente más
mayor. La Masa comenzaba su periplo por las calles y plazas del centro de
Alcalá al tiempo que hacía notar su presencia a través de una barahúnda de
timbres, sonidos y entonaciones. No conformes con el acicate con el que
arrancamos, la Masa se dirigió a realizar el que últimamente se está
convirtiendo en un todo un clásico, el sube y baja del subterráneo que conduce
a la rotonda del Chorrillo desde el barrio de la Estación, y que normalmente
viene acompañado de voceríos varios que acaban en salvajes ecos.
Curiosa la anécdota de algunos de los integrantes más pequeños
de la Masa, quienes ni tan siquiera alcanzaban la edad de siete años que
cumplía la misma BiciCrítica y probaron su valentía al cruzar dicho subterráneo.
Un verdadero lujazo haber contado con esas filas canteranas que sienten la bicicleta como algo propio y
habitual en su tierna e inocente infancia, consiguiendo irradiar entusiasmo al
resto del grupo ciclista y generar curiosidad entre los viandantes al ver como
un/a niño/a tan pequeño/a demuestra que es posible lo que otros dejan de hacer
por “comodidad” o desconocimiento de las ventajas que supone desplazarse en
bicicleta con cualquier edad.
Habiendo transcurrido cerca de una hora, la Masa continuó su
andadura por el barrio del Ensanche, discurriendo por la ancha Avenida Miguel
de Unamuno, momento en el que algunos de los miembros se desprendían del grupo
a sus respectivas residencias dada la proximidad geográfica de algun@s de
ell@s.
El pelotón restante descendió de nuevo al valle por la
Avenida de la Alcarria hasta el centro histórico, donde se realizó un último rodeo
a la ciudad por el barrio de Reyes Católicos, pasando muy cerca a las ruinas de
Complutum, la antigua ciudad romana de Alcalá, desprendiendo ese aroma
nostálgico que nos hizo recordar nuestros propios orígenes como Bici Critica.
La última parada, como es costumbre, fue en la Plaza de Cervantes, donde
tuvimos la suerte de finalizar la jornada entre canciones populares, guitarras
y charloteos. Os dejamos con una bonita estampa del momento a los pies del
Cervantes. Con esta, el número de ediciones ascendía a las 85. Nos vemos en la 86, el miércoles 27 de mayo. Hasta entonces.