Como en tantas otras ocasiones, la marcha realiza dos vueltas a la Plaza de Cervantes, en donde encontramos a varios concejales frente al Ayuntamiento en un periodo de pausa durante la segunda reunión de la mesa de movilidad, el transcurrir de la masa ciclista se traduce en timbres de bicicleta. Recordamos las palabras de uno de estos concejales a mediados del pasado año: "no debe disputarse el espacio al peatón, pero las ciudades a veces conspiran contra su propia calidad de vida y sus posibilidades de movilidad, dado el pánico que existe desde las autoridades locales hacia la población automovilista a consecuencia del riesgo de perder su apoyo en las urnas".
Se abandona el centro por la calle Azucena en dirección al barrio del Val y desde allí hacia Juan de Austria, momento en el que comienza a chispear, aunque la lluvia y el viento ofrecen pronto una tregua, se manteniene una temperatura alrededor de los 10ºC. Llegados a la calle Daoiz y Velarde amenizamos la espera del semáforo en rojo con una ola bicicletera, previo regreso al casco histórico por la vía Complutense y la calle Libreros.
Desde la Federación Comarcal de Asociaciones de Vecinos queda expresada la siguiente valoración: "Si se va a hablar de accesibilidad ¿por qué las entidades sociales que trabajan en ese ámbito no están presentes en la mesa? La siguiente reunión tendrá lugar el 26 de febrero, ya que se ha establecido una reunión mensual el último miércoles de cada mes. Intentaremos seguir avanzando".
Esperemos que la masacrítica coincida en muchos últimos miércoles de mes con una mesa de movilidad representada también por las entidades sociales, y que por el bien de la ciudadanía no se cumpla aquel refrán que dice "el que pela en enero, pela el año entero".
Después de un trimestre con una afluencia estable de biciclistas, comienzan a germinar las semillas y brotan los primeros retoños con la llegada de un nuevo año masacrítico. Nos vemos a pedales en la próxima cita del 26 de febrero.
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